viernes, 6 de diciembre de 2019

Asedio: Historia de Madrid en la Guerra Civil. 15/6/2018

Asedio. Historia de Madrid en la guerra civil

Madrid, Ediciones Complutenses. 2018. 611 págs.



A pesar del creciente interés por los estudios sobre las ciudades en guerra, desde el aniversario de la Primera Guerra Mundial pasando por varios estrenos de cine, siguen siendo relativamente pocos los trabajos que tratan de explicar qué ocurre y cómo sufre la gente en los conflictos armados. Los trabajos que tratan el Madrid de la guerra se centran sólo en los aspectos militares del frente o en la persecución y represión que estremeció el subsuelo de la ciudad, sobre todo entre los meses correspondientes a la denominada “Batalla de Madrid” (noviembre de 1936 - marzo de 1937). Y todo ello a pesar de la importancia que mantuvo durante toda la guerra, elevada a corazón propagandístico del bando republicano aún cuando había dejado de ser su sede gubernamental. Una vez fracasado el golpe y estabilizados los distintos frentes, Madrid desaparece de la mayoría de las historias de la guerra civil, también de las que se han sucedido, con mayor o peor fortuna, desde la Transición a nuestros días. Desde entonces pasa a ser una ciudad sitiada de la que no queda prácticamente nada en pie, causa y efecto último de la necesidad que tuvo el franquismo no sólo de vencer la defensa de Madrid, sino de borrar la memoria de la ciudad resistente y de ocultar los pasos que dirigieron su rendición.

 
 
 
 

La violencia ha formado parte integral de la construcción cultural y del propio paisaje urbano de Madrid como de otras tantas ciudades. Una cuestión trascendental en un campo como el de la memoria reciente, tan expuesto al peso de la interpretación y la extrapolación de modelos. En ese sentido, Asedio deja poco lugar a dudas.  La reconstrucción de las distintas y, en ocasiones opuestas, lógicas que confluyeron sobre una sociedad sometida al estado de guerra durante treinta y dos meses consecutivos y no sobre el recuento de hechos, muertos u otros temas ordenados previamente. Este anhelo se convierte en el verdadero tiempo del libro. El objetivo no es otro que comprender mejor la vida de una ciudad que cambió por completo. Asediada por el ejército franquista en distintas oleadas, abandonada y aislada por las propias autoridades republicanas, los habitantes de Madrid hubieron de hacer frente a una experiencia que trastocó y puso fin a su perfil de modernización metropolitana anterior. A pesor de todo, la visión que sigue predominando hoy sobre la capital es la de una ciudad fuera de la guerra. Las únicas excepciones, ya se ha dicho, son los episodios de noviembre de 1936 y marzo de 1937. En estos meses se describen una gran densidad de acontecimientos a menudo descontextualizados, por lo que el papel que jugó Madrid en los tres años que duró el conflicto queda enfocado parcialmente o es del todo distorsionado. Los dos campos que mayor atención han recibido hasta hoy han sido las operaciones militares en torno a la capital y los procesos de violencia en la retaguardia republicana. Respecto al primero, existe desde mediados de los años noventa un conocimiento muy amplio del avance sublevado hasta noviembre de 1936 así como del desarrollo de las operaciones militares durante el asedio de Madrid, la táctica de defensa republicana y el comportamiento político de la Junta de Defensa de Madrid. Apenas cuatro meses en los que quedan condensados el grueso de la historiografía sobre la guerra en la capital, que dejan todo lo demás sumido en el olvido. Respecto al segundo aspecto, la violencia desarrollada en la capital, ha sido empleada como modelo exportable de toda la violencia de la retaguardia republicana; el símbolo del “terror rojo”. Asedio parte de la necesidad de revisar este enfoque, contextualizando el caso de Madrid, que difiere en gran medida al resto del territorio republicano.

Madrid siguió ocupando una posición central en el entramado urbano republicano a varios niveles. No en vano, fue el principal objetivo de la sublevación desde su misma planificación. Una vez fracasado el golpe en la capital, el plan pasaba por ocupar Madrid atacando desde el Sur, con las columnas de Franco, y desde el Norte, con las comandadas por el propio Mola. Más tarde sería el oeste y la batalla se trasladó a los flancos por envolver Madrid. Aspecto determinante en la propia formación y evolución del Ejército del Centro. El golpe no triunfa pero tampoco fracasa. Sólo con ese movimiento, de hecho, los sublevados ganan buena parte de la guerra, como también demuestra el caso de Madrid. La secuencia de los primeros meses de la guerra, está ya marcada por la escalada de hechos violentos y la dislocación del orden público pero no es el fruto de una “psicosis colectiva”. Se trata de comprender, en definitiva, los principales aspectos de la realidad social y bélica de una ciudad tan grande y pequeña a la vez como Madrid, en el marco de un conflicto nacional e internacional, como fue la propia Guerra Civil Española.

Por todas estas razones el trabajo se ha dividido en cuatro partes. La primera de ellas es la condición de capital de la ciudad, que la convierte en objetivo militar de primer orden. Si el primer impulso fue la ocupación rápida de la capital, el éxito de su defensa tuvo como consecuencia la transformación de la guerra en un conflicto diferente, con modernas tácticas bélicas, el empleo masivo de material militar y la movilización de grandes unidades con apoyo aéreo: la guerra moderna. Madrid fue el escenario del paso de una guerra de columnas, típicamente colonial, a un tipo de conflicto que anticipa el que asolaría Europa tan solo unos años después. Las consecuencias directas de esta condición, reconocida y presente en la mayor parte de la literatura reciente, no han sido sin embargo explotadas en relación a Madrid. Éste es uno de los principales vacíos, ya se ha señalado, que trata de llenar este libro. Tanto la defensa como la ocupación que se ponen en marcha en 1936 fueron muy diferentes de las de finales de marzo de 1939. Muchos acontecimientos se sucedieron entre una fecha y otra, entre otros, el reconocimiento y la (des)legitimación internacional de la violencia, una nueva consideración del orden público y de las formas de control e intervención en núcleos urbanos densamente poblados, con los servicios de información franquistas dentro de la propia ciudad y al frente de una operación de rendición sobre Madrid.

El segundo y verdadero eje central, es la propia ciudad de Madrid, frente y retaguardia de forma paralela, inaugurando otra condición: la de ciudad en guerra. La relación entre frente y retaguardia se muestra crucial para entender la ciudad en una guerra total. Por eso en Madrid, la frontera entre esas dos dimensiones se difumina muy pronto. El proceso abierto en julio de 1936 tuvo como primera consecuencia la disolución del Estado en la práctica totalidad del territorio. Madrid no fue una excepción y durante el primer año de guerra vivió una proliferación de comités y poderes autónomos cuya génesis, actuación y composición se describe y analiza de forma pormenorizada. La reconstrucción política del Estado republicano es un acercamiento de sumo interés para enmarcar fenómenos que, a priori, pueden no parecer relacionados. Entre éstos se encuentra la persecución de los delitos de acaparamiento, ocultación y estraperlo de productos de primera necesidad, comportamientos habituales en el marco de una ciudad en guerra, cuya supervivencia pasaba en todo momento por el abastecimiento. Su gestión fue la mayor de las preocupaciones de un núcleo urbano sitiado de la entidad de Madrid. Nuevamente, la evolución política y militar del conflicto no es ajena en absoluto a la ciudad. Capital, ciudad, frente y retaguardia, niveles todos que se condensan en la dimensión global que constituye el mapa físico, material y mental de la cuarta y última parte: la ciudad en guerra. Hasta el momento, sólo las instituciones del Estado en la ciudad se habían estudiado como protagonistas de la guerra, ya fuera la Administración (Junta de Defensa de Madrid), los resortes económicos y su influencia en el transcurso del conflicto (reservas de oro del Banco de España) o la reconstrucción política del Ejército Popular republicano, con especial atención a su estructura y principales mandos. Asedio trata de integrar este tipo de análisis con otros que emergieron tras el hundimiento del orden republicano. Un universo al que, sin la mirada del arte, de la fotografía o del patrimonio, es imposible llegar. Madrid, ciudad herida, la primera gran ciudad en sufrir un bombardeo moderno, sigue constituyendo un reto para las ciencias sociales. Un universo de actitudes y prácticas sociales diversas en un ambiente fuertemente degradado. Hambre, miseria y destrucción que duró más de treinta meses. Un tiempo, en el que Madrid fue el centro de la atención mundial, y se convirtió, por triste derecho, en la capital del dolor.

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